lunes, 27 de mayo de 2013

CAMINO DE SANTIAGO Y SUS SÍMBOLOS


El camino de Santiago es una ruta que recorren los peregrinos de España y de toda Europa para llegar a la ciudad de Santiago de Compostela, donde se veneran las reliquias del apóstol Santiago el Mayor. Durante toda la Edad Media fue muy concurrido, después fue ligeramente olvidado y, en la época actual, ha vuelto a tomar gran auge. Ha sido declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad, Primer Itinerario Cultural Europeo por el CONSEJO DE EUROPA, y ha recibido el título de CALLE MAYOR DE EUROPA.

Entre los símbolos de Santiago sobresalen los siguientes: LA CRUZ DE SANTIAGO, LA CONCHA DE SANTIAGO, LA FLOR DE SANTIAGO, EL BOTAFUMEIRO, LA CREDENCIAL DEL PEREGRINO, LA COMPOSTELA, LA PUERTA SANTA O DEL GRAN PERDÓN, EL TRADICIONAL ABRAZO AL APÓSTOL, EL SEPULCRO DE SANTIAGO Y OTROS.

en construccion


SÍMBOLOS

1.- LA CRUZ DE SANTIAGO
Es cruz latina y simula una espada con tres flores de lis en los brazos y la empuñadura. Puede tener su origen en la época de las Cruzadas, cuando los caballeros llevaban pequeñas cruces con la parte inferior afilada para clavarlas en el suelo y realizar sus devociones. La espada representa el carácter caballeresco del apóstol Santiago y su forma de martirio.
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2.- LA CONCHA DE SANTIAGO
La concha de vieira pasó a llamarse “concha de Santiago” porque, cuando los peregrinos llegaban a Santiago de Compostela, se les entregaba un pergamino, que les confirmaba como tales y se les colocaba sobre su sombrero y capa la concha de vieira, que demostraba su estancia en Santiago, al regreso a sus pueblos de origen. También es símbolo del cambio espiritual operado en el peregrino.
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3.- LA FLOR DE SANTIAGO
La hermosa flor roja, que asemeja mucho la cruz de la orden de Santiago, fue llamada con este nombre por su gran parecido con la cruz de los caballeros de la Orden de Santiago, formaba parte del tesoro botánico de los aztecas de México y llegó a España en un arca de madera a bordo de la misma nave que transportaba la primera expedición naturalista financiada por la corona española en el siglo XVI. Conocida en un principio como “Narcissus Indicus Jacobeus”, ha pasado a ser últimamente “símbolo jacobeo” e “imagen arquetipo de la capital gallega”.
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4.- EL BOTAFUMEIRO
Uno de los símbolos más conocidos y populares de la catedral de Santiago es el botafumeiro. Cuenta la leyenda que el primer incensario del templo compostelano fue construido, por motivos de higiene, en el siglo XI. En la Edad Media, los peregrinos, exhaustos tras hacer el Camino, se agolpaban en la catedral y, para luchar contra la acumulación de olores corporales, caldo de cultivo de epidemias, se encargó un incensario de grandes dimensiones. En el siglo XVI, gracias a una ofrenda del rey Luis XI de Francia, se sustituyó el artefacto medieval, por otro nuevo, también de plata, incensario que fue robado por las tropas napoleónicas en 1809 durante la Guerra de la Independencia; más tarde fue sustituido por el que hoy se conserva y que, aunque más moderno es menos ostentoso, puesto que pasó a ser de latón plateado.
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5.- LA CREDENCIAL DEL PEREGRINO
Se trata de un documento que acredita al portador la condición de peregrino y, según la normativa actual, los que deseen peregrinar a Santiago pueden recibir dicho documento tras un encuentro personal (nunca por correo) en asociaciones, cofradías y refugios en los que ha delegado la Iglesia de Santiago. La credencial no da derecho a nada y sólo demuestra que uno es peregrino y puede acogerse a la hospitalidad de los refugios y de la gente que encuentre en el Camino. Es indispensable presentarla para lograr la Compostela.
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6.- LA COMPOSTELA
La Compostela es un documento del Cabildo Catedralicio de Santiago que certifica la peregrinación a Santiago. Para conseguirla, se debe mostrar la credencial, donde se ha ido sellando y poniendo la fecha a la largo del Camino, como por ejemplo en los refugios en los que se ha dormido. Para conseguir la Compostela se ha debido llegar a Santiago tras 100 kilómetros andando o 200 en bicicleta, como mínimo. Está escrita en latín y dice así: “El Capítulo de esta protectora Iglesia Apostólica y Metropolitana, custodio del sagrado Altar de Santiago Apóstol, con el fin de expedir las auténticas cartas de la visita a todos los Fieles y Peregrinos de todo el mundo por efecto de devoción o a causa de voto, que vienen a las puertas de Nuestro Apóstol Patrono y Titular de Nuestra España, Santiago Apóstol, a todos y cada uno que examinen las presentes, hago saber: que Don…………ha visitado devotamente este santo Templo por causa de piedad. Y para dar fe de esto, le confiero las letras presentes sancionadas con el sello de esta Santa Iglesia. Dado en Compostela el día…………………….”
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7.- LA PUERTA SANTA O DEL PERDÓN
Uno de los lugares más importantes y simbólicos de la catedral de Santiago de Compostela es la Puerta Santa o del Perdón. Fue construida o abierta en el siglo XVII y es la meta de los peregrinos que llegan hasta allí para ganar el jubileo, privilegio que data de siglo XII, mediante bula del Papa Alejandro III. Permanece siempre cerrada, pudiéndose utilizar excepcionalmente los Años Santos o de la “Gran Perdonanza”, es decir, aquellos años en los que el 25 de julio, solemnidad de Santiago, apóstol, coincide en domingo, circunstancia que se repite en secuencias de 11, 6, 5 y 6 años (y vuelta a empezar). Su apertura, pues, marca el inicio del año del jubileo. La Puerta Santa habla de la peregrinación como de penitencia, y aun como de penitencia sacramental, por lo que también es llamada “Puerta del Perdón”, de donde en perspectiva cristiana evoca o simboliza el paso o tránsito que cada creyente está llamado a dar del estado de pecado al de la gracia; o también el paso definitivo y último del hombre desde este mundo al Padre celestial. De esta suerte, el gesto de entrar en el sacro recinto, a través de la Puerta Santa o del Perdón, deberá estar unido a la celebración de los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía a fin de llegar a tener acceso al amor misericordioso de Dios Padre.
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8.-OTROS SÍMBOLOS
Existen además otros símbolos, tradicionalmente asociados a las peregrinaciones jacobeas, siendo los más representativos a este propósito:
a)-Los bordones y las calabazas, que tradicionalmente prestaron sus servicios como cantimploras.
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b)-También, como símbolo universalmente identificado con la ruta jacobea está la versión más moderna de la concha de vieira que representa una esquemática concha de vieira amarilla sobre fondo azul (colores de la Unión Europea) que aparecen en paneles informativos, carreteras, autovías, puntos de información, etc.
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c)-Y símbolo popular jacobeo es igualmente la famosa flecha amarilla con la que se indica el itinerario real que atraviesa pueblos, descampados, bosques y ríos. Fue Elías Valiña, párroco de O Cebreiro, quien comenzó a señalizar la ruta jacobea con este símbolo, luego extendido por todo su recorrido.
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EL SIMBOLISMO DE LA CONCHA DE SANTIAGO EN EL ESCUDO DE BENEDICTO XVI
Entre los elementos simbólicos que se encuentran en el escudo papal de Benedicto XVI (la concha de vieira, la cabeza de moro coronada, el oso con una carga, las llaves cruzadas, una de color oro y otra de color plata, la mitra pontificia de color plata con tres franjas en color oro, el palio, etc.) destaca en la parte central y mas noble del mismo la gran concha de color oro. Concha de vieira que, aunque de tamaño reducido ya aparecía en la parte inferior, en el tercer campo, en su escudo arzobispal y que el Romano Pontífice tomó en su momento del escudo del monasterio de Schotten, cercano a Regensburg (Ratisbona), en Baviera (sur de Alemania), con el que estuvo muy relacionado desde joven. Pero, dentro del escudo papal, la concha encierra otros dos simbolismos.
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En primer Iugar, la concha de vieira tiene un significado teológico, queriendo recordar la leyenda atribuida a san Agustín, que podría ser un eco de un hecho real en la vida del Santo. Estando éste un día en la playa, mientras iba pensando en el misterio de la Santísima Trinidad, del que nos dejó uno de los tratados fundamentales para la teología cristiana, vio a un niño que, con una concha marina trataba de meter toda el agua del mar en un agujero que había hecho en la arena. Al preguntar al pequeño por lo que hacía, éste le habló de su vano intento, lo que hizo comprender a san Agustín que semejante hecho era toda una referencia a su inútil intento de tratar de meter la infinitud de Dios en la limitada mente humana, de suerte que toda reflexión teológica debe estar acompañada siempre de la humildad a fin de aceptar la imposibilidad de conocer racionalmente la totalidad de la riqueza inacabable de la naturaleza divina por parte de la limitada persona humana.

Pero además, la concha, que simboliza primordialmente al peregrino jacobeo, recibiendo el nombre de la “Concha de Santiago”, nos lleva de la mano a ese camino o sendero que, desde todos los rincones de Europa, conducía a los peregrinos al santuario de Santiago de Compostela y que, aun hoy en día, incluye todavía la concha como señalamiento de ruta, pero que, a través de los tiempos, pasó a simbolizar toda peregrinación en sí, hasta el punto de llegar a denominarse también la “Concha del Peregrino”. Y bien es sabido que, desde los comienzos de la Edad Media, tres fueron las clases de peregrinaciones cristianas que se distinguían: los palmeros, que iban a Jerusalén (muerte y resurrección de Jesús), los romeros, que iban a Roma (martirio de los apóstoles Pedro y Pablo), y los peregrinos, propiamente. dichos, que iban a Santiago de Compostela (ciudad situada cerca del Cabo de Finisterre, que guarda los restos del Apóstol Santiago y señala los inicios del Cristianismo en los extremos de la Tierra entonces conocida). De esta suerte, Benedicto XVI, al itroducir, en su escudo papal, dicha “Concha del Peregrino”, que desde hace muchos siglos se usa para representar a todo peregrinaje, ha querido mantener vivo dicho simbolismo, para significar de este modo que quiere seguir las huellas de su predecesor, Juan Pablo II, peregrino de todo el mundo. Por lo demás, no deja de ser curioso hacer notar que el Papa, en la solemne liturgia del inicio de su pontificado, el domingo 24 de abril de 2005 llevaba, bordada con hilo de oro sobre la casulla blanca, una gran concha similar a la de su escudo.
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Esto supuesto, el simbolismo de la concha de vieira, si siempre, sobre todo al trasluz de la imagen que figura en el escudo papal, nos debe hacer recordar a cuantos nos decimos cristianos, y en particular a cuantos hacen el Camino de Santiago, que “nuestra vida debe ser también un constante peregrinar, tras las huellas de Jesús, por los caminos del mundo, hasta el encuentro definitivo con el Señor”; o si se prefiere, “un constante peregrinar, como los apóstoles, para llevar, hasta donde podamos, el testimonio de muestra fe en el Dios uno y trino, vivo y verdadero, en el Dios de Jesucristo, el Señor.

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